Los cofrades de Granada se dieron cita este domingo en el Teatro Isabel La Católica para asistir al pregón oficial de la Semana Santa que pronunció el cofrade e historiador David Rodríguez.
El pregonero, que estuvo durante una hora y diez minutos delante del atril, atrajo la atención de los asistentes con una pieza dividida en 21 capítulos en los que aparecieron reflejados y reivindicados los principales actores y artífices de la Semana Santa. La figura de los costaleros, nazarenos, sacerdotes, las bandas de música, medios de comunicación y hasta los hosteleros cofrades recorrieron las páginas recitadas de este pregón que no dejó indiferente a nadie. Rodríguez apostó por una efectista puesta en escena cargada de una interpretación y declamación estudiada. Fusionó una oratoria de párrafos rimados con música y sonidos de fondo que enfatizaron con altas dosis de lirismo la lectura de su texto. Con esta presentación sobre las tablas del Isabel La Católica David Rodríguez inaugura una nueva alternativa de locuciones en los que la teatralidad, el contenido oral y las herramientas sonoras se ponen más que nunca al servicio del pregón.
Antes de que el pregonero subiera al escenario el trasiego y los corrillos de cofrades alrededor del teatro municipal esa misma mañana indicaban que uno de los eventos más destacados en el calendario de las cofradías había llegado tras meses de espera. La puerta principal del teatro se convirtió en su lugar de encuentro antes de asistir a una divulgación pública y elaborada de las emociones más reconocibles de los cofrades granadinos. El pregón oficial de la Semana Santa reunió a muchos de ellos este domingo con el deseo de escuchar la lectura de un buen texto. Las expectativas que despertó la designación de David Rodríguez como pregonero hizo que días antes del evento las entradas para poder acceder a este acto fuesen muy ‘cotizadas’. Ese interés por asistir al pregón se materializó en un lleno absoluto del teatro y en más de veinte pausas por aplausos del público a lo largo de la lectura de su pregón.
Una vez dentro la escenografía del escenario estaba protagonizada por una talla de San Agustín procedente del Convento del Santo Ángel Custodio colocada junto al atril. En la mesa al lado contrario se dispuso la representación protocolaria con la presencia del alcalde de Granada, la delegada del gobierno de la Junta de Andalucía, los responsables de Cultura del Ayuntamiento y la Diputación, el teniente general del MADOC, el vicario de la Archidiócesis de Granada y el presidente de la Federación de Cofradías. Como es tradicional la Banda Municipal de Música de Granada, a los pies del escenario, inauguró el acto interpretando dos marchas procesionales que fueron la antesala musical de la presentación del pregonero. Las composiciones ‘Semana Santa en Granada’ de Miguel Sánchez Ruzafa y ‘Virgen de las Angustias’ de Luís Megías sirvieron para ir acomodando el oído a un pregón repleto de musicalidad y efectos sonoros.
El cofrade Francisco Estarli fue el encargado de dar a conocer el perfil y la trayectoria de su amigo David Rodríguez, cediéndole a continuación el testigo para que tomara la palabra y comenzara a pregonar la Semana Santa de 2015.
David Rodríguez quiso que la introducción a cada uno de los capítulos que componían su pregón fuese iniciada por una voz en off que recordaba citas literarias sobre la ciudad de Granada de autores como Machado, Lope de Vega, García Lorca, Shakespeare, Unamuno, Neruda o Hemingway. Precisamente fue una ‘declaración de amor’ simbólica hacia Granada la que sirvió para comenzar y arrancar los primeros aplausos.
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Por su colaboración cofrade en diferentes medios de comunicación durante muchos años el pregonero no olvidó la labor que estos realizan radiando, escribiendo o emitiendo la actualidad y actividad de las cofradías. Por eso recordó a los que acercan la Semana Santa a aquellos que no pueden salir a las calles en esos días y se valen de la información cofrade para seguir atentos a esa actualidad.
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Como no podía ser de otra forma la figura de dimensión histórica del padre Enrique Iniesta volvió a aparecer en un pregón de Semana Santa. Esta vez lo hizo de la mano de la devoción a la Virgen del Mayor Dolor, del ‘puente romano’ del Genil y vinculado seguidamente al elogio de los curas cofrades, los que desde sus labores pastorales aprecian a las hermandades como semillero de acción social.
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Tras detenerse en la potencia cofrade y referencia absoluta del Albaicín, con sus hermandades universales proyectadas más allá de las fronteras de Granada, Rodríguez se tomó un respiro glosando a los establecimientos hosteleros que trabajan también por engrandecer y fomentar la actividad cofrade, reconociendo un valor añadido a esa iniciativa privada, voluntaria y generosa en beneficio de las tradiciones de la ciudad. No faltó tampoco en esa gratificación pública la labor de las formaciones musicales que acompañan los pasos de las hermandades de Semana Santa.
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Un capítulo mereció la singularidad de las ‘hermandades de negro’, las de riguroso silencio y estricta presencia en la calle, que el pregonero reconoció con unas rimas elaboradas hacia su devoción al Cristo de San Agustín. Se detuvo igualmente en reclamar la atención para dotar de la importancia que merecen los nazarenos y hermanos de luz que integran las filas de los cortejos.
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En este paseo por la Semana Santa que fue escenificando el pregonero llegó al barrio del Realejo y mostró su más profunda admiración por este entorno que de por sí mantiene todo el año su impronta cofrade. Su vinculación con la hermandad de la Santa Cena lo llevó a glosar la personalidad y distinción de la Virgen de la Victoria, algo que aprovechó también para entrar en el capítulo de los costaleros.
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La influencia de Enrique Iniesta volvió a aparecer cuando David Rodríguez quiso ejemplificar la estética de un paso de palio en la calle describiendo, como ya lo hiciera el sacerdote escolapio, las bondades de ese ‘artefacto de la belleza’. No olvidó la aportación del Arte y sus autores a la historia de la Semana Santa. A partir de aquí los capítulos se sucedieron con un contenido algo más reivindicativo, quizá con una carga incisiva más aguda, a pesar de estar continuamente revestida de lirismo en una sucesión de párrafos rimados. Esto pudo comprobarse al referirse a las artesanías cofrades. Resaltó la importancia que tiene este sector productivo en nuestra sociedad que de no existir condenaría a muchas familias que viven de su labor artesana. El pregonero hizo una defensa de la creación de la artesanía y del arte productivo.
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La Coronación Canónica de la Virgen de la Amargura ocupó uno de los capítulos en el que reflejó la prolongación de la Semana Santa más allá de esos días en el que las cofradías salen a las calles. Incluso se detuvo en las fechas previas, en la Cuaresma, relatando con impronta romántica la inquietud que generan esos cuarenta días en los cofrades. Pero antes de fijarse en emociones el pregonero no dejó de lado la labor social de las hermandades granadinas. Con este pasaje, envuelto en la característica sonoridad rimada de todo el pregón, agradeció a las corporaciones nazarenas su acción solidaria con los que más necesitan de su ayuda.
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Rodríguez finalizó como empezó, elogiando a la ciudad de Granada y dedicando lo mejor de su oratoria a las calles, paisajes y plazas que la convierten en el mejor escenario jamás imaginado para el paso de las cofradías. Tras la lectura del texto del pregón, una vez anunciada y pregonada oficialmente la Semana Santa granadina, tomó la palabra el vicario general de la Iglesia granadina Manuel Reyes quien se preguntó sobre lo que queda detrás de la ‘belleza formal’ de un texto que se reviste de lirismo para anunciar una nueva Semana Santa. Reyes hizo hincapié en las necesidades de la gente que lo está pasando mal con la crisis y a los que hay que ayudar desde todos los ámbitos, incluidas las hermandades.
Posteriormente el alcalde Torres Hurtado ocupó el atril y dirigió a los asistentes unas palabras con las que remarcó la necesidad de trabajar conjuntamente para que la Semana Santa de este año ‘alcance el alto nivel del pregón’, ya que se mostró muy satisfecho con la pieza que declamó David Rodríguez.
Después de la oratoria llegó nuevamente el tiempo de la música cofrade, por lo que la Banda Municipal de Música volvió a ocupar su posición delante de la sala de butacas del teatro e interpretó una nueva marcha procesional, ‘Santa María de la Alhambra Coronada’ del maestro Higuero. Posteriormente, con la interpretación de los himnos, se clausuró este acto oficial que marca ya la cuenta atrás cara al próximo Domingo de Ramos. Por medio del pregón las emociones y sensaciones que muchos granadinos y visitantes experimentarán a lo largo de esos días que están por llegar ya han sido traducidas a palabras y versos. Es por eso por lo que el relato del pregonero se convierte a partir de ahora en el mayor anuncio cofrade de una ciudad que se prepara para celebrar intensamente la Semana Santa.