El Ayuntamiento de Granada ha destinado un total de 58.922 euros para la reparación y limpieza del más de un centenar de farolas de la Gran Vía, la principal arteria del centro de la ciudad, que habían sufrido el vandalismo, con rotura de cristales y pintadas.
Los trabajos, que se han prolongado por unos diez días, se han centrado en reponer cristales rotos, y raspado y pintado de soportes dañados por graffitis. En total, se han reparado 29 farolas y se han limpiado las 80 restantes, recuperando así su imagen original.
El concejal de Medio Ambiente, Mantenimiento y Limpieza, Juan Antonio Mérida, ha subrayado la minuciosidad y complejidad del proceso de puesta a punto de estas emblemáticas farolas cuya limpieza se realiza en taller artesanal.
“En las tareas preventivas que engloba el mantenimiento del alumbrado público, inspectores del área han venido observando la reiterada influencia que el vandalismo tiene en estos puntos de luz, con los consiguientes perjuicios que ello conlleva en la correcta imagen de la ciudad y en términos de gasto”.
En este sentido, el edil ha apelado al “necesario civismo ciudadano para evitar dañar bienes que son de todos, que proyectan ciudad, y cuya reparación implica un coste elevado”.
Asimismo, el concejal se ha referido a la complejidad técnica del proceso para devolver a estas farolas a su estado original, un proceso que supone el desmonte y traslado de los elementos a un taller especializado, donde se evalúan daños y se inicia la reparación “que es totalmente artesanal, ya que cada cristal dañado y cada perfil de latón en mal estado han de ser desmontados manualmente y repuestos por nuevas piezas”.
Además, en el caso de los perfiles de latón, han de ser soldados posteriormente a la estructura con una aleación de estaño y plomo. Una vez el farol está repuesto y limpio, se procede a su pintado manual mediante pincel artesano.
En paralelo al trabajo con las farolas de cristal, se debe proceder al raspado y pintado de los soportes o brazos.