Científicos granadinos y jiennenses han encontrado en una mujer egipcia las evidencias más antiguas de un cáncer de mama, que datan del 2200 a.C.
Los investigadores han presentado hoy en la Universidad de Granada las evidencias de esta enfermedad en un esqueleto de una necrópolis egipcia de Asuán. Se trataba de una mujer de entre 30 y 40 años que permaneció mucho tiempo inmovilizada debido a la metástasis. Dicen los investigadores que “Los habitantes del Antiguo Egipto vivían mucho peor de lo que nos indican sus grandes monumentos, y padecían numerosas enfermedades infecciosas que disminuyeron su esperanza de vida”.