Este domingo a las 02:00 pasarán a ser las 03:00 de la madrugada para realizar el cambio de hora correspondiente al horario de verano.
El cambio de hora se produce dos veces en España y su principal objetivo es el ahorro de energía. Unos 70 países de todo el mundo realizan esta acción para aprovechar mejor las horas de sol.
En la madrugada del sábado al domingo (día 29 de marzo) se realiza el cambio de hora para pasar al horario de verano. Los relojes tendrán que adelantarse una hora de tal manera que a las 02:00 horas serán las 03:00 horas, de este modo el próximo domingo tendrá una hora menos.
El cambio de hora se produce dos veces al año en España y su objetivo principal es el ahorro de energía, que se cuantifica en un 5% de ahorro de electricidad.
En España, esta medida se lleva realizando desde 1974. La última regulación a la que se ha adaptado nuestro país es de la directiva Europea 2000/84 que unifica los días en los que se hacen los cambios de hora en toda la Unión Europea. Esta medida se lleva a cabo en unos 70 países de todo el mundo.
El cambio de hora en España es una acción un tanto polémica ya que nuestro país la hora oficial no corresponde con la solar. España tiene la misma hora que Alemania o Francia, en vez de tener la hora acorde con países como Inglaterra o Portugal, por lo que existen dudas acerca del ahorro real de energía.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania obligó a la Francia ocupada a cambiar su huso horario en una hora menos. En Reino Unido también se modificó por razones bélicas y en España lo hizo por un gesto de simpatía hacia Hitler. Cuando el dictador cayó, todos los países volvieron a utilizar el huso europeo occidental, sin embargo, en España con Franco aún en el poder el horario siguió siendo el mismo que el alemán.
El cambio de hora suele afectar al sueño, puede provocar fatiga o un cansancio poco habitual. Los expertos recomiendan intentar madrugar algo más que de costumbre los días del fin de semana en los que se produce el cambio de hora. También recomiendan evitar las bebidas con cafeína y las comidas abundantes para que el lunes nos sea más fácil ponernos en marcha.
Normalmente se suelen necesitar de tres a cinco días para que nuestro organismo, y más concretamente nuestro cerebro, se adapte al cambio de hora. El cambio de hora al horario de verano es más ‘traumático’ porque perdemos una hora en vez de ganarla, que es lo que sucede en invierno.