El Miércoles Santo ha ratificado el camino de brillantez de la Semana Santa de Granada, con miles de personas en la calle y, lo más importantes, un sobresaliente aumento de nazarenos en las filas de los cortejos. Ese incremento se ha notado en las cinco hermandades del día, Gitanos, Estudiantes, Penas, Rosario y Nazareno. Especialmente la hermandad universitaria y la de Santo Domingo han puesto en la calle a una nutrida estación de penitencia.
Lejos ha quedado el famoso “lío del Miércoles Santo” puesto que con las modificaciones de horarios y algunas variaciones de itinerario, los tres cortejos del Realejo han encajado bien, especialmente, en la noche. En cualquier caso, se han producido escenas que, según el sentir de numerosos hermanos, habrá que reconducir para próximos años.
Cerca de la medianoche los palios de Penas, Merced y Rosario estaban alineadas en el eje San Matías con la penosa circunstancia de que la banda del Rosario se escuchaba como propia en La Merced, rompiendo totalmente el carácter de esta corporación carmelita. Las tres hermandades del Realejo salieron casi a la misma hora, han vuelto casi a la misma hora y casi por los mismos sitios provocando un indeseable efecto colapso programático y real en la calle.