José Enrique Sánchez, portavoz de la Federación Andaluza de Espeleología y encargado de coordinar, desde Sevilla, el equipo de 16 especialistas voluntarios desplazados a Marruecos para tratar de apoyar el rescate a los espeleólogos del Atlas, denuncia que Marruecos rechazó su ayuda a pesar de que no tenían medios para llevar a cabo la operación.
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“Si te da un infarto y la ambulancia tarda diez minutos, a lo mejor te puedes salvar. Si tarda más, una hora o dos, el tiempo va en tu contra”. Es el ejemplo que ha puesto en ‘Hoy por Hoy’ José Enrique Sánchez, espeleólogo experto, para justificar sus críticas al gobierno marroquí por su gestión del rescate de los tres espeleólogos accidentados en el Atlas. La operación se centra ahora en sacar de las montañas los cadáveres de los dos fallecidos, Gustavo Virués y José Antonio Martínez, mientras el tercero, el único superviviente, Juan Bolívar, se recupera de las heridas en el hospital. “Así mismo se lo explicamos a las autoridades marroquíes desde el viernes por la mañana”, pero rechazaron su ayuda. Y eso, a pesar de su insistencia y de las diferentes opciones que les ofrecieron.
José Enrique Sánchez lo explica cronológicamente. “El sábado por la tarde, ante la negativa del gobierno de Marruecos a que despegara el avión con los Guardias Civiles y los GEOS, optamos por entrar como turistas. Comunicamos la salida del grupo andaluz con 16 expertos, una médico – la única traumatóloga y espeleóloga en España, con capacidad para bajar por sí misma a mil metros de profundidad – y una tonelada de material. A las diez y media de la mañana del domingo, ofrecimos, a través del cónsul de Casablanca, desplazado a Uazazate, 16 expertos para participar en el rescate. Si no querían llevar al equipo al completo, les dimos la posibilidad de que la médico acompañara a los gendarmes con su botiquín, la camilla especial que enviamos, y el mono térmico, porque ella no necesitaba que la bajaran, podía llegar ella sola hasta los espeleólogos. Y en último lugar, les ofrecimos, les dejamos en la puerta, la tonelada de material que nos llevamos a Marruecos: dos mil metros de cuerda, doscientos mosquetones, la camilla, el botiquín, etcétera. Nos exigieron que hiciéramos la oferta en árabe, el cónsul la tradujo, y esta fue su respuesta: les agradecemos su estancia, son turistas, disfruten de la ciudad. Si necesitamos algo, les llamaremos”.
José Enrique Sánchez se encuentra de camino a Algeciras mientras responde a esta entrevista y mientras en el Atlas, un helicóptero de la Gendarmería Real ha salido ya rumbo a la zona a la que los expertos en rescate han conseguido trasladar los cadáveres. Explica que se siente impotente, pero es tajante en su diagnóstico: “cuando me preguntan si Marruecos tenía capacidad técnica para afrontar el rescate, la respuesta es no”. Y recurre, de nuevo, a un ejemplo, a su juicio, revelador. “Sobre las siete de la tarde del viernes, la embajada en Rabat nos comunica que la Gendarmería suspende las operaciones de búsqueda porque se hace de noche. Nosotros somos espeleólogos, la Guardia Civil y los GEOS son expertos también. Dentro de una cueva no hay luz ni de día ni de noche. Cuando se hace de noche nos da igual, estamos acostumbrados a trabajar en la oscuridad más absoluta. Parar un rescate porque se hace una noche da una idea de la preparación de Marruecos para este tipo de operaciones”.