Medio centenar de menores de edades comprendidas entre 8 y 16 años han participado durante 2014 en el programa ‘El camino hacia mi futuro’, una iniciativa del Ayuntamiento de Granada en marcha desde 2011 en colaboración con la asociación Aldaima con el fin de ayudar a los jóvenes en situación de riesgo o violencia familiar.
El concejal de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea, ha explicado en rueda de prensa que esta iniciativa ayuda a los menores a superar secuelas psicológicas, alcanzar una adecuada salud mental y superar la vulnerabilidad frente al maltrato.
Entre los principales objetivos del programa están los de mejorar la autoestima y bienestar de los niños, conseguir que acepten su identidad e historia familiar así como establecer modelos adecuados y vínculos familiares además de prevenir la transmisión generacional de los problemas y situaciones
Se trata de menores que han pasado por situaciones familiares “muy adversas y traumáticas que han dejado una huella de dolor, inseguridad y desconfianza en ellos”. Estos aspectos vitales plantean nuevas necesidades específicas que tienen que ver con su adaptación a la nueva situación y con la reparación de los daños producidos anteriormente, según ha indicado el edil.
“Desde los programas de intervención que se desarrollan en los centros municipales de Servicios Sociales Comunitarios y en los llamados equipos de Tratamiento Familiar, nos encontramos a veces con contextos familiares de algunos menores que, en lugar de protegerles y servirles de plataforma para crecer y desarrollarse se convierten en una amenaza para su integridad física y psicológica”, ha apuntado el edil.
La metodología del programa consiste en intervenciones individuales y grupales, así como asesoramiento a padres y cuidadores. Los grupos se organizan por segmentos de edades; de un lado, niños de 8 a 10; de otro, los que tienen entre 11 y 13, y por último, los adolescentes de 14 a 16 años. Las sesiones terapéuticas son semanales y la intervención con cada grupo tiene una duración aproximada de un cuatrimestre. En todos los casos, las terapias son llevadas a cabo por psicólogos cualificados, con experiencia de trabajo en el área y con el colectivo al que se dirigen.
Egea ha asegurado que “todos los menores que han participado con asiduidad han obtenido beneficios con la terapia, aunque en algún caso los padres no han respondido como se esperaba.
RESULTADOS DEL PROGRAMA
La incorporación de algunos menores en el momento en que se inició un conflicto familiar ha hecho que dispongan de herramientas para afrontar las nuevas circunstancias familiares, según el concejal. El hecho de que los padres adquieran destrezas para tener autoridad y capacidad para poner límites a sus conductas desafiantes ha supuesto una normalización en las relaciones con sus hijos.
Algunos de los resultados más significativos tras la intervención terapéutica son la mejora del autoconcepto y la identidad personal, la adquisición de estrategias de afrontamiento y proyección de futuro y un mejor rendimiento académico o adaptación escolar, ha indicado Egea. El 25 por ciento de los casos atendidos solicita repetir la terapia para afianzar los objetivos.
En 2014 se ha impartido un seminario de carácter formativo dirigido a profesionales de servicios sociales. Han participado 14 profesionales procedentes tanto de los servicios municipales como de otras instituciones y entidades sociales. Actualmente se está llevando a cabo un taller terapéutico para menores de entre 11 y 14 años que tiene previsto finalizar el próximo mes de junio
Para 2015, según Egea, la aportación económica municipal garantiza la continuidad de este programa, posibilitando el que los menores tengan un desarrollo socio-emocional adecuado y mejorando por tanto las dinámicas familiares ante determinadas situaciones traumáticas.