La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Granada acoge este martes el juicio contra un hombre, de iniciales F.J.M.O., acusado de robar en la vivienda de su vecino, en Cájar (Granada), y después intentar atentar contra su vida disparando contra él y contra su hijo en la Nochebuena de 2012.
La Fiscalía reclama para él un total de 15 años de prisión, por la posible comisión de un delito de robo con fuerza en las cosas en casa habitada, un delito de homicidio en grado de tentativa, otro delito de tenencia ilícita de armas, y otro delito contra la salud pública, ya que la Guardia Civil encontró en su casa droga para su venta a terceros.
Según consta en el escrito de acusación provisional de Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos se remontan a la madrugada del 24 de diciembre de 2012, cuando, sobre las 3,00 horas, el procesado realizó una llamada telefónica su vecino recriminándole el robo de su perra.
El acusado le dijo, “en estado de alteración”: “me has robado mi perra y la tienes encerrada en tu casa, eres un hijo de puta dime dónde estás que te voy a matar a ti y a tu familia”. Su vecino le contestó que se encontraba en Alquife celebrando la Nochebuena y que no sabía nada de la perra y colgó el teléfono.
Después de la llamada, el acusado, de 39 años, decidió acceder sin consentimiento a la vivienda de su vecino, en la calle Andrés Segovia de Cájar, surgiendo en él, “además del propósito de recuperar al animal, la voluntad de enriquecerse ilícitamente”.
Para penetrar en la vivienda, destrozó a golpes el entrepaño o panel en su plano medio superior derecho de la puerta de entrada y accedió a través de la gran abertura realizada. Una vez dentro del domicilio, tras registrar cajones y muebles del salón y dependencias, se apoderó de un televisor de 32 pulgadas, dejando sólo el pie o base, y de un ordenador, efectos valorados en 350 euros, y también se apropió de 700 euros en efectivo que había dentro de un libro, y se marchó del lugar.
Sobre las 4,45 horas, el acusado llamó por teléfono a su vecino, comunicándole que había entrado en la vivienda, que había cogido su perra y había respetado sus muebles. Esta segunda llamada alertó al vecino, que decidió trasladarse con su hijo hasta su casa comprobando una vez allí los destrozos realizados por el acusado así como los efectos y dinero sustraído y decidió llamar a la guardia civil.
Media hora después aproximadamente, el inculpado volvió a la casa de su vecino, esta vez a bordo de su vehículo, que detuvo ante de la puerta de entrada, donde su víctima se encontraba acompañado de su hijo.
El procesado se dirigió a él espetándole que no sabía quién era su padre y que no denunciara porque “se iba a enterar”. Acto seguido el acusado, que se encontraba a escasa distancia de sus vecinos, extrajo de una funda de color negro con forma de media luna una pistola para cuya posesión y empleo carecía de licencia pertinente y apuntó contra ellos.
En ese instante, “guiado por el ánimo de acabar con la vida de alguno de los moradores de la vivienda o en todo caso representándose la alta posibilidad de que tal suceso aconteciera”, efectuó un disparo con el arma de fuego que no logró alcanzar a ninguno de sus vecinos, gracias a su rápida reacción, ya que consiguieron introducirse en la vivienda y cerrar apresuradamente la puerta, mientras que el proyectil atravesaba la madera de la puerta en la parte superior de la mirilla para impactar finalmente en la parte alta de la pared de acceso al salón, tras lo que el presunto responsable se marchó.
Sobre las 10,00 horas de esa misma mañana, la Guardia Civil, que había acudido al lugar después de muchas llamadas de la víctima, localizó el procesado, quien voluntariamente prestó consentimiento para que los agentes efectuaran registro de su vehículo. En su interior encontraron una fiambrera con cogollos de marihuana con peso neto de 27,15 gramos y una bolsa con pequeños cristales que resultó MDMA, con peso neto de 14,78 gramos.
Autorizada la entrada y registro en el domicilio, se encontraron en el interior de su cochera ocho cápsulas de sustancia que debidamente analizadas resultó ser MDMA, con peso neto de 1,29 gramos. El acusado poseía las sustancias estupefacientes encontradas en su vehículo y domicilio con la intención de destinarlas a la venta donación a terceros y habría alcanzado un valor en el mercado ilícito de 391,54 euros.
Según la Fiscalía, el procesado era adicto al consumo de sustancias estupefacientes (cristal y cannabis) “sin que se haya podido precisar” en los hechos descritos la influencia de éstas sobre su inteligencia y voluntad. Los daños causados en la vivienda han sido tasados en 465 euros, que no reclama el propietario.
Además de la pena de prisión, el fiscal solicita para el procesado, que estuvo sólo dos días en prisión provisional, que no se acerque o se comunique con su vecino por plazo de diez años y multa de 800 euros.