La producción de tabaco para la actual campaña superará las 30.700 toneladas, una cantidad que será un 5 % inferior a la entregada en el ejercicio anterior, debido principalmente a la rotación a la que están obligados los agricultores en el marco de la producción integrada del cultivo.
Así lo estima la Organización Interprofesional del Tabaco de España (OITAB), creada en 2006 y que adhiere al 97 % del producto cultivado en el país y al 92 % del que se transforma.
Un sector que se concentra principalmente en Cáceres (Comarca de la Vera y Campo Arañuelo) y, en menor medida, en Granada.
La superficie ha rondado este año las 10.000 hectáreas en España, con la variedad virginia como la más extendida, con el 89 %, ha destacado a Efeagro el director de la OITAB, Ricardo Miranda.
El tabaco evoluciona bien actualmente en las fincas, se realizan las tareas de abono y riego y se controlan las malas hierbas; las plantas cuentan ahora con 24 hojas, ha declarado Miranda.
“Habrá una cosecha normal, aunque se ha sembrado algo menos este año debido a las obligaciones de rotación de los agricultores, que deben diversificar, para cumplir con las normas de producción integrada, y plantar en estas tierras maíz, tomate de industria, cacahuete, pimiento (para pimentón) o puerro, por ejemplo.
El director se ha pronunciado también sobre asuntos que preocupan al sector, como el auge de la falsificación y del comercio ilícito de tabaco en España o la intención de varios países de implantar las cajetillas “neutras” -sin mensajes publicitarios ni marcas-.
Sobre este último aspecto, ha comentado que el riesgo es que “se haga del tabaco un commodity” y que las multinacionales del sector no puedan diferenciar sus marcas en el mercado; en suma, los productores españoles no podrían diferenciar su materia prima, de gran calidad, y podrían dejar de tener aceptación.
Australia implantó en 2012 la estrategia de eliminar los mensajes publicitarios y las marcas en la cajetilla para restarle atractivo entre los nuevos consumidores, y varios países harán lo propio.
“Si el consumidor no va a poder distinguir unas cajetillas de otras, al final, los tabacos de otros orígenes que sean más baratos podrán ocupar el espacio que nosotros tenemos ahora”, ha remarcado.
“Queremos seguir haciendo un tabaco de calidad y que las empresas puedan diferenciarlo con sus marcas, siempre cumpliendo las restricciones legales que son lógicas”, ha argumentado.
En cuanto a la falsificación, “estamos tan preocupados que en la última asamblea general de la Interprofesional de primeros de julio hemos modificado nuestros estatutos para incorporar entre nuestros objetivos la lucha contra el comercio ilícito”.
En todo caso, ha valorado los avances en transparencia y regulación, gracias a un Real Decreto que lanzó el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), que obliga a que toda la producción de tabaco esté amparada por contratos de cultivo entre los agricultores y los transformadores.
“Por nuestra parte, lo que sí podemos hacer (desde la OITAB) es concienciar a los agricultores de que no tiene sentido que haya ventas de tabaco al margen de estos contratos”, ha puntualizado.
Respecto a las normas públicas anti-tabaco, Miranda ha apuntado que “no estamos en contra” de que las haya, siempre que sean “efectivas”, “sensatas” y “razonadas” y que contribuyan a informar y alertar de los riesgos, pero respetando “la libertad individual”.
Se ha referido además a los apoyos de la Política Agraria Común.
Los agricultores recibirán un pago básico (ayudas desvinculadas de la producción) y el pago verde con la nueva PAC, a lo que se suman las “agroambientales” del segundo pilar, de desarrollo rural, gracias a las cuales realizan una producción integrada, más sostenible y respetuosa con el entorno, ha referido.
Sin embargo, le preocupa que puedan caer las ayudas en el próximo marco del PDR de Extremadura -teme que se rebajan los fondos de los 850 euros/ha que han recibido en el pasado, hasta los 600-, a lo que añade que ha desaparecido el programa de fomento de la calidad, que aportaba al cultivador 17-19 céntimos por kilo de tabaco producido.
La OITAB integra, en la rama productora, a la Federación Nacional de Cultivadores de Tabaco (Asaja), Cooperativas Agro-alimentarias, la Asociación Provincial de Cultivadores de Tabaco de Granada y UPA.
Y, en la parte “transformadora”, la Inteprofesional adhiere a la Asociación Nacional de Empresas Transformadoras de Tabaco (ANETAB), que integra a su vez a Cetarsa, Deltafina y Agroexpansión.
Sólo en Extremadura, unas 20.000 familias dependen del sector del tabaco, según la OITAB.