Las noches de verano en el Corral del Carbón, en la calle Mariana Pine-da s/n, de Granada, se llenan de flamenco, teatro, música y el jazz, fieles a su cita con el público durante los meses de calor. Esta mañana, el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, ha asistido junto a la delegada de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta, Ana Gámez, y el alcalde en funciones y concejal de Economía, Francisco Ledesma, al ensayo de No hay burlas con el amor, la obra de Pedro Calderón de la Barca que la compañía granadina Teatro para un instante llevará a este escenario a partir del próximo domingo, día 16 de agosto.
Tras el ensayo, Fernández Manzano ha explicado los motivos por el que año tras año se alza el telón en el Corral del Carbón: “Continuando esta antigua tradición teatral, el patio del Corral viene albergando desde hace años una extensa programación que incluye diversas disciplinas artísticas. Este programa se ha convertido ya en una cita anual con las artes escénicas, gracias a la colaboración entre varias instituciones. Además, es una apuesta por la Cultura, muy demandada por los granadinos y por los turistas que en estas fechas nos visitan”.
Para la edición de este año, un conjunto de empresas promotoras pre-senta un variopinto programa de actividades que incluyen música (con Lara Bello, David Gómez y Heian Concert); flamenco, en el que se incluye el ciclo de Los Veranos del Corral y la XVII Muestra de flamenco, y teatro, en el que obras de Federico García Lorca y Calderón de la Barca son protagonistas a cargo de la compañía Teatro para un instante y ¡Ay Carmela!, que lleva al escenario el grupo La Tetera Producciones Escénicas.
El jazz pone la guinda a la programación, con diferentes espectáculos de la Asociación Jazz Granada. Entre ellos, los protagonizados por Antonio Lizana Quinteto, Celia Mur & Kiko Aguado en el tributo a Billie Holiday e Historias de Radha y Krishna Jorge Pardo.
El Corral del Carbón fue construido en el siglo XIV y fue conocido como la alhóndiga nueva, albergue y almacén para comerciantes y mercaderes llegados desde lejanos lugares atraídos por las oportunidades de negocio del último reino musulmán en la Península Ibérica. El nombre actual comenzó a adoptarse en el siglo XVI y sirvió de hospedería y almacén de carboneros. Asimismo, también fue conocido como corral de comedias.