Un hombre acusado de saltarse la orden de alejamiento de su exmujer impuesta por un juzgado y apuñalarla hasta el tres ocasiones antes de continuar golpeándola con las manos ha aceptado hoy diez años de cárcel, casi la mitad de lo que había solicitado inicialmente la acusación particular.
La Audiencia de Granada ha celebrado hoy el juicio contra Juan Carlos Á.M., un hombre acusado de intentar asesinar a su expareja de varias puñaladas.
Los hechos se remontan al 11 de marzo de 2013, cuando sobre las 00.30 horas el acusado se trasladó hasta el domicilio de la víctima, ubicado en la calle Gloria Fuertes de Belicena (Granada), a pesar de saber como ha reconocido hoy que sobre él pesaba una orden de alejamiento de la víctima que le impedía estar a menos de 300 metros de su exmujer durante tres años.
El imputado se trasladó hasta la vivienda y, provisto de un cuchillo de cocina, atacó a su expareja y le asestó varias puñaladas en el hemitórax, el hombro y la zona escapular hasta que, durante el forcejeo con su exmujer, la hoja del cuchillo se rompió.
Según el relato de los hechos de la Fiscalía, continuó golpeando a la víctima con las manos en la cara y la cabeza, golpes con los que le ocasionó múltiples lesiones, mientras le gritaba frases como “puta, te voy a matar”, hasta que los gritos de la víctima alertaron a la hija de ambos, entonces de doce años de edad.
La menor salió del interior de la vivienda para ayudar a su madre y empujó al acusado, que al ver a la niña salió huyendo del lugar.
La Fiscalía había solicitado inicialmente una condena a 14 años y medio de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa, al que sumó un año más de prisión por el quebrantamiento de condena, aunque ha modificado hoy la calificación de los hechos con la conformidad de la defensa y la acusación particular.
El acuerdo de las partes ha modificado el ataque sorpresivo y ha calificado los hechos como un delito de homicidio en grado de tentativa, por lo que el acusado será condenado a nueve años y medio de cárcel, y otro medio año de prisión por romper la orden de alejamiento.
La agresión provocó a la víctima tres heridas incisas por arma blanca, una de ellas con riesgo vital al penetrar en la cavidad pleural, por las que tuvo que ser operada y permanecer cinco días en el hospital y por las que necesitó sesenta días para curarse.
La acusación particular había solicitado inicialmente una condena a 19 años y 11 meses de prisión.
El acusado ha admitido ser el responsable del homicidio en grado de tentativa, ha aceptado los hechos y ha pedido perdón a la víctima durante un juicio que ha quedado visto para sentencia.