Presumir de rural y demostrar en unas olimpiadas la habilidad para lanzar al pueblo vecino un hueso de aceituna o imitar a Usain Bolt en los cien metros lisos en saco de patatas tienen como medalla una morcilla al cuello en la apuesta de Vegas del Genil por recuperar sus juegos populares.
El campo de fútbol Molino de Ambroz, en Vegas del Genil (Granada), se viste esta tarde de gala para celebrar sus primeras Olimpiadas Rurales, una apuesta por recuperar del olvido juegos tradicionales y disfrutar del ocio en familia.
Aunque los premios distan mucho de las cifras astronómicas de los olímpicos, el encuentro reta a los ‘deportistas’ a tirar de orgullo campechano para subir a lo alto del podium.
El técnico responsable de organizar este encuentro, Pablo García, ha detallado a Efe que entre 200 y 300 participantes se retarán durante la tarde para alzarse con la victoria y colgarse al cuello la ristra de morcilla que corona a los ganadores, ya que no solo de reconocimientos vive el deportista.
Las disciplinas, ideadas para participar en familia o grupos de amigos desde los siete años de edad, incluyen la típica carrera de sacos de patatas “estilo libre” para retar los tiempos del mismísimo Usain Bolt y recorrer cien metros antes que el vecino.
Otras disciplinas deportivas buscan la complicidad de la pareja para superar 200 metros con los cordones de las zapatillas atados al compañero.
La fuerza de los olímpicos rurales se medirá además con la distancia a la que logren tirar con sus bocas el hueso de una aceituna o el efecto que aporten con un giro de muñeca para lanzar un sombrero de paja mojado lo más lejos posible.
“El objetivo es disfrutar de una tarde diferente y divertida, y recordar cómo jugábamos en la calle los niños de Vegas hace muchos años”, ha detallado la concejala de Fiestas, Carmen Gutiérrez.
Para estar en consonancia con lo rural de la competición, el oro, la plata y el bronce de los trofeos se convierten en el municipio granadino en una paletilla de jamón, un buen queso de la tierra y una morcilla al cuello para presumir de estrella deportiva.
Esta primera edición de las Olimpiadas Rurales se enmarca en la programación de las fiestas locales, a la que mañana se sumará un concurso gastronómico para ofrecer el regusto apropiado a la celebración.
La competición pretender recuperar la simplicidad y tradición de juegos de antaño, crear un espacio de diversión con la familia y los amigos y transmitir un ocio sano y sencillo a los más pequeños.
Como Vegas del Genil, otros municipios granadinos apelan al espíritu deportivo y rural, y han convertido los juegos y tradiciones en sus particulares olimpiadas.
Así, Huéscar inició en octubre de 2010 sus primeras competiciones, con las que reúnen a medio millar de personas para animar a los atletas en pruebas como el tiro de azada, la carrera de burros con jinete o los cien metros obstáculos conduciendo un tractor con remolque.
Este olimpo es más rural y modesto que los lujosos estadios que citan cada cuatro años a los grandes atletas, aunque ejemplifica ese espíritu de competir por el simple hecho de disfrutar y volver a pasarlo como niños.
Crónica de María Ruiz (Efe Granada)