La mujer trabajadora y la igualdad que no llega

Un año más, se ha celebrado el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La tradicional manifestación celebrada el pasado jueves se complementa este año con la convocada para el domingo 11 de marzo contra la reforma laboral, una reforma que según los sindicatos UGT y CCOO desmantelará los avances de los últimos 30 años en materia de igualdad entre hombres y mujeres. La preocupación es grande, porque la primera década del siglo XXI arroja cifras negativas que describen una realidad laboral de la mujer que demuestran que todavía queda mucho por hacer.

La Discriminación Salarial

Según datos de UGT y CCO, en 2011 la discriminación salarial en la provincia de Granada suponía una brecha entre hombres y mujeres del 22%. Es decir, la ganancia media anual femenina supuso el 78% de la masculina.

A pesar de que se ha avanzado, las mujeres cobran de media un 15% menos que los hombres, por lo que deben trabajar 53 días más que los hombres para igualar lo que reciben éstos en un año. La diferencia salarial entre mujeres y hombres en nuestro país sigue siendo de las más elevadas de la UE. Los últimos datos disponibles de la Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada en junio de 2010, y que recoge datos de 2008, revela que aunque la brecha salarial se ha reducido ligeramente de 2006 a 2008, la ganancia media anual femenina supuso en el año 2008 el 78,1% de la masculina y que el 8,1% de las mujeres tenían ingresos salariales menores o iguales que el Salario Mínimo Interprofesional, frente al 2,9% de los hombres. Mercedes Martín, responsable de los asuntos de igualdad de UGT teme que con la crisis económica y la reforma laboral la situación empeorará.

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Donde mayor índice de desempleo existe, las diferencias de salarios entre mujeres y hombres se reducen. Cuando existe un mayor número de mujeres empleadas se incrementa la diferencia de salarios. Por tanto, las mujeres no han mejorado su situación laboral, sino que al empeorar la situación de los hombres, los parámetros se aproximan, y por tanto, se reducen las diferencias. Desde CCOO, Dolores Sánchez recuerda que en la provincia de Granada, la tasa de paro entre las mujeres es del 31,52% frente al 27% que se registra entre los hombres.

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Por actividades económicas, el sector de la educación es el que menos divergencias presenta, frente al de servicios con mayores diferencias salariales. La jornada laboral influye en las diferencias de retribución entre mujeres y hombres. Así, son las mujeres por abrumadora mayoría (más del 80%) las que desarrollan su actividad con una jornada laboral a tiempo parcial. Respecto al tipo de contratación, las mujeres con contratos temporales obtienen una ganancia media del 88,3% de salario con respecto a los hombres. Esta media es del 76% del salario masculino para quienes tienen un contrato indefinido.

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Por otro lado, otras consecuencias de las desigualdades en el mercado de trabajo son que las mujeres perceptoras de prestaciones por jubilación o incapacidad siguen siendo minoritarias, y casi la mitad de las pensiones que perciben lo son de viudedad y no contributivas.

La Mujer Rural

A pesar de los avances en la sociedad española, las diferencias se acentúan en el mundo rural. Desde los ochenta, las mujeres jóvenes comenzaron a abandonar el campo en mayor proporción que los hombres, fue el llamado fenómeno de feminización de la emigración rural. Esta emigración masiva se debió a la falta de oportunidades y a las condiciones laborales precarias incompatibles con la vida familiar. Además, las responsabilidades domésticas recaen exclusivamente sobre ellas en la mayor parte de los casos con la vigencia de estereotipos y la falta de reconocimiento económico y profesional del trabajo realizado. Como consecuencia de la marcha de las mujeres jóvenes , se produce el envejecimiento de la población rural y se pone en peligro la sostenibilidad del medio rural.

Otro rasgo de la situación desigual de la mujer en el medio rural es que a pesar de que las mujeres asumen las tareas del trabajo familiar agrario, el hombre es el titular de la explotación. Así, en España sólo el 21 ,75% de personas titulares de las explotaciones agrarias es mujer. En Andalucía, esa proporción es del 18%. En Granada, hay 40.605 personas titulares de la explotación familiar agraria de los que 29.367 son hombres y 11.238 mujeres, sólo un 27,67%. Y si las mujeres son titulares, lo son de explotaciones de dimensiones reducidas y baja rentabilidad. Además, el trabajo de la mujer sigue entendiéndose como una ayuda familiar que complementa la renta principal. Por tanto, es difícil valorar la participación de la mujer en los derechos y obligaciones derivados de la gestión de dicha explotación en condiciones de igualdad

Destaca la Ley 35 / 2011 de 4 de octubre de Titularidad Compartida de las Explotaciones Agrarias que persigue promover esta modalidad de explotación agraria como medio para equiparar mujeres y hombres en la explotación agraria. La Unión de Pequeños Agricultores valora este avance.

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