La Soledad liberará en San Jerónimo a una mujer presa hija y hermana de cofrades

La cofradía de La Soledad volverá a liberar un preso el próximo Viernes Santo. Este año lo hará en una ceremonia privada en San Jerónimo antes de comenzar la estación de penitencia.

En este caso se trata de una mujer de 40 años que responde a las iniciales M.E.G.B. Estaba condenada a tres años y un día por un delito contra la salud pública. Actualmente su tutela corresponde al Centro de Inserción Social de Granada “Matilde Cantos Fernández”.

Disfruta del tercer grado e incluso reside fuera de esta institución que se ubica en el solar de la antigua Cárcel Provincial. La indultada dispone de una pulsera para controlar sus movimientos; cada cierto tiempo debe de acudir al mencionado Centro y ha de permanecer entre las diez de la noche y las ocho de la mañana en su domicilio.

Es el tercer año consecutivo que la Cofradía libera un preso. La iniciativa se basó en un precedente que databa del año 1928, pero que no tuvo la continuidad que se le ha querido dar en la actualidad.

M.E.G.B. ha tenido la oportunidad de conocer a los titulares de la corporación, el Señor del Descendimiento y la Soledad, en el Monasterio de San Jerónimo que es donde reciben culto y de visitar la Casa de Hermandad, en la que ha departido con un grupo de cofrades encabezados por el Hermano Mayor, José Antonio Alemán. “Yo ya conocía la Iglesia,- comentó – porque la había visitado en una excursión del CIS. Nos llevaron allí y a San Juan de Dios”

Para su liberación, que fue aprobada por el Consejo de Ministros el pasado viernes día 23 de marzo, el Centro de Inserción Social de Granada elevó una propuesta a la Audiencia Provincial de Granada en la que se recogían a cuatro reos que reunían las condiciones necesarias para recibir este beneficio, y ésta seleccionó a uno y lo derivó a la Dirección de la División de Tramitación de Derechos de Gracia y Otros Derechos del Ministerio de Justicia.

Cumplían diversos requisitos, como que su caso no causara alarma social y estar capacitados para su reinserción social, luego de un informe en el que intervienen educadores, asistentes sociales, psicólogos y juristas.

El delito que cometió la mujer que será liberada por la Cofradía tuvo lugar en 2006, cuando después de la detención de su pareja, la Guardia Civil encontró droga en el domicilio que compartían con sus dos hijas. Ella declaró desconocer el origen de los estupefacientes y no ser consumidora. Según ha comentado sufrió muchísimo cuando estuvo varios días en los calabozos de un Cuartel de la Benemérita, dadas las condiciones de insalubridad, careciendo de elementales recursos higiénicos. Finalmente salió de prisión bajo fianza y tres años después se celebró el juicio. Permaneció en la cárcel hasta el año pasado que fue cuando pasó al Centro de Inserción Social y todavía debería de continuar bajo su tutela un año.

Curiosamente la familia de la indultada tiene una gran relación con las cofradías. “Mi madre, mis hermanos y mi actual pareja son muy cofrades, incluso salen en procesión; concretamente mi pareja es costalero. Sin embargo no sabía yo que existiera este indulto. Cuando me comentaron que estaba propuesta me metí en internet y conocí más detalles. Pero fijaros, – comentaba en la conversación que mantuvo con los cofrades-, que yo se lo comenté a mi madre y me dijo que no creía que me fueran a elegir porque teníamos mala suerte. Estamos pasando por una mala racha de enfermedad y este asunto mío. Cuando supe que era yo no me lo creía”.
Antes de esta conversación había estado en la Audiencia Provincial, que fue donde le hicieron entrega de la documentación. “Vivir con la pulsera es a veces un problema. Por ejemplo, no he ido a la playa este año más que una vez, porque llama mucho la atención”.

La ceremonia de la liberación será el Viernes Santo, en el propio Monasterio de San Jerónimo, antes de comenzar la Estación de Penitencia. La Hermandad desea mantener en todo momento su anonimato. La indultada formará parte del cortejo delante de un cojín sobre el que irá el documento de su indulto y que estará escoltado por dos mazas. Lucirá el hábito de los penitentes, pero en lugar del habitual antifaz, lucirá uno de los llamados de verdugo que utilizan algunos de los portadores de insignias.

“Para mi salir en la procesión será una experiencia muy interesante. Nunca lo he hecho, a pesar de que como dije provengo de una familia cofrade. Estoy muy agradecida a la Hermandad de la Soledad y al CIS”. La vida de la protagonista de este indulto, toma un nuevo rumbo. Ahora podrá disfrutar de su libertad en plenitud de condiciones.

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