Al menos 266 granadinos estuvieron en los campos de concentración nazis

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Mauthausen

Al menos 1.631 andaluces pasaron por los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, de los que solo sobrevivieron el 40 por ciento, según ha dicho a Efe Carlos Hernández de Miguel, autor de “Los últimos españoles de Mauthausen”.

Por provincias, fueron 345 de Córdoba, 297 de Jaén, 267 de Almería, 266 de Granada, 223 de Málaga, 113 de Sevilla, 84 de Cádiz y 36 de Huelva.

De los quince sobrevivientes que Hernández ha incluido en su libro, cuatro son andaluces -Eduardo Escot Bocanegra, José Marfil Peralta, Virgilio Peña Córdoba y Juan Romero Romero- todos ellos residentes en el sur de Francia.

Hernández, que ha presentado su libro en Sevilla, ha asegurado que estas cifras deben interpretarse como “al menos”, ya que hacen referencia a los internos cuya documentación se ha conservado y a los que pueden añadirse otros de investigaciones efectuadas por familiares, historiadores y periodistas.

La mayor parte de estos andaluces, entre el 80 % y el 85 %, fueron ingresados en el campo de Mauthausen, en la misma proporción que el resto de los españoles que acabaron en este tipo de campos, algo más de 9.000, de los que 300 fueron mujeres.

La explicación, según Hernández, es que Mauthausen estaba considerado un campo de categoría 3 o de exterminio, destinado a los presos considerados “irrecuperables”.

Esa calificación fue otorgada a los españoles desde que en septiembre de 1940 el ministro español de Exteriores, Ramón Serrano Suñer, se reunió con los responsables policiales alemanes, tras lo cual los españoles que permanecían en campos de prisioneros de guerra fueron sacados de allí y enviados a los de concentración.

Hernández ha explicado que los españoles destinados a los campos de concentración procedieron de tres grupos, el primero de ellos formado por deportados que sirvieron en las filas del ejército francés durante la Segunda Guerra Mundial, capturados por los nazis en junio de 1940 y enviados a los campos desde agosto de ese año hasta finales del siguiente.

Otro grupo fue el de los españoles integrados en la resistencia francesa, detenidos por la policía francesa y la Gestapo y conducidos a los campos en 1942, 1943 y 1944, y por último el denominado “Convoy de los 927”, conformado por civiles que se encontraban refugiados en el campo de Les Alliers, junto a la ciudad francesa de Angulema, en el que también había mujeres y niños.

Por otra parte, del caso de Enric Marco, cuya historia ha contado Javier Cercas en “El impostor”, Hernández ha señalado que “lo mejor que se puede hacer es olvidarlo lo antes posible”.

Hernández ha asegurado que “no hay que frivolizar por este caso incalificable, injustificable, despreciable” para evitar que “dé alas a revisiones y a quienes niegan el holocausto”.

El investigador está seguro de que no van a surgir más casos como el de Marco, quien durante años simuló haber sufrido internamiento en un campo de concentración alemán, y ha añadido que se trata de “un impostor frente a nueve mil víctimas”, en alusión al número de españoles que sufrieron aquel cautiverio.

“Me da cierta rabia volver a convertir en protagonista aun personaje como Enric Marco, y que lo haya hecho Javier Cercas, por quien siento admiración”, ha añadido.

Uno de los propósitos de “Los últimos españoles de Mauthausen”, según su autor, es “recuperar la voz de todos los españoles que han sido los grandes olvidados de este país, mientras que en Francia son considerados héroes, han sido condecorados y todos los años los homenajean”.

(Alfredo Valenzuela. Agencia EFE Sevilla)

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