Un total de 1.439 mujeres en la provincia de Granada cuentan con algún tipo de protección judicial o policial tras haber presentado denuncia por ser víctimas de violencia de género, una lacra social que está experimentando “un rebrote” entre los más jóvenes.
El subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, ha hecho balance este jueves en rueda de prensa del sistema de seguimiento a las víctimas de violencia de género en la provincia, donde se han registrado en el presente año unos 1.440 casos vinculados a la violencia machista y se han detenido a 1.453 agresores, algunos de los cuales son reincidentes.
De acuerdo a los datos que maneja la Subdelegación, las cifras han mejorado cierta medida, de modo que no se está produciendo un “repunte” desde el punto de vista de estos delitos, si bien “queda mucho camino por recorrer” en este campo.
Pérez ha recordado que durante la legislatura que ahora finaliza se han puesto en marcha diversas medidas legislativas para preservar la integridad física, moral y social de las víctimas, un trabajo que ha culminado con la reciente entrada en vigor del Estatuto de las Víctimas.
Esta normativa beneficiará en Granada a unas 20.000 personas, según ha detallado Pérez, que ha desgranado algunos de los aspectos más novedosos recogidos en este estatuto.
Entre otros asuntos, las víctimas podrán ser informadas e incluso recurrir determinados beneficios penitenciarios a los agresores.
Además, no tendrán que encontrarse cara a cara con el maltratador en los juicios para ir a testificar, ya que se abre la posibilidad de grabar las declaraciones previamente, evitando así que haya contacto entre la víctima y el agresor.
El subdelegado ha señalado que, en general, los casos mortales de violencia de género han disminuido en los últimos años y la sensibilización social está incidiendo en el descenso de casos en los grupos medianos de edad.
No obstante, los datos aconsejan intensificar las medidas dirigidas a los más jóvenes, con acciones concretas en las escuelas, dado que se ha registrado un rebrote de las conductas vinculadas a la violencia machista en este colectivo, en el que el mensaje de sensibilización y prevención de estas conductas “no está calando tanto”.